martes, 13 de julio de 2010

LLEGÓ EL VERANO

Este cuento es una maravilla, pues los autores han basado la historia en la pieza musical "El verano" de Las Cuatro Estaciones de Vivaldi. Cada tramo del cuento se corresponde con la música que se escucha de fondo, logrando así un resultado espléndido. ¡Espero que os guste!

jueves, 1 de julio de 2010

EL PIRATA PATA PALO

Dándo me un paseo por "Libretas de colores", el precioso blog de mi amiga María, he encontrado este cuento que me ha llamado mucho la atención por lo chulo que es. Os lo dejo para que lo disfrutéis. ¡Gracias María por compartirlo!Pata palo era un pirata con un pendiente de plata
y un loro muy parlanchín que dormía en un calcetín.
No tenía pata de palo, pero ese nombre asustaba y a la gente impresionaba.
Era capitán de un barco de madera con una enorme bandera
tan negra como el carbón y un esqueleto molón.
Todo el mundo le temía, a él y a su compañía,
y cuando a un puerto llegaban las gentes del mar gritaban:
- Pobre de mi, madre mía, que ya viene Pata palo, que es un pirata muy malo.
Vamos todos a correr para que no nos puedan coger.

Un buen día fue en busca de un tesoro, ayudado por su loro
y con toda su tripulación, avistaron un malecón,
y a una isla muy lejana, llegaron una mañana
y bajaron a la playa pero sin llevar toalla
con sus espadas en ristre le dieron al loro alpiste
por si tardaban en volver que el loro pudiera comer
y con el mapa en la mano, Pata palo dijo a sus piratas:
- Venga señores, vamos a por el tesoro, de joyas, de plata y oro.
Y se fueron a buscar, para el tesoro encontrar.

Pero en la selva vivía una tribu de caníbales salvajes que no vestían con trajes,
y a los piratas encontraron y un buen susto se llevaron
porque se los quería comer y mucho tuvieron que correr.
Y tanto miedo pasaron que dejaron de buscar
aquel tesoro famoso que querían encontrar.

Y este pirata bribón a todos pidió perdón
y ya no quiso ser malo, y su botín repartió y a todo el mundo ayudó.
Y nunca más fue pirata con su pendiente de plata,
aunque su loro parlanchín, siguió durmiendo en un calcetín.